Estuviste, estás y estarás

“Cualquier cosa pudo pasar por esa cabecita en ese momento” dijo ella en tal vez la conversación más random del mundo.

Sin dudarlo pensé de manera más sencilla que corta: Tu eres lo único que pasa por mi cabecita hoy. Tu fuiste todo lo que pasó por mi cabecita antes y tu eres todo lo que pasará por mi cabecita después.

Tus ojos brillantes y temblorosos, tu piel suave y blanca, tu sonrisa que a gritos me dice “acércate” que soy solo tuya.

Cada momento que he pasado contigo y los que he deseado que pasen, retumban aún en mi cabecita, dictándole a cada una de mis terminaciones nerviosas las señales exageradas que casi que convierten esos recuerdos en nuevamente una realidad…

… y esa ilusión que entre pecho y espalda llevo conmigo, de que el orgullo de mujer que llevas encima un día se desvanezca y por fin vengas corriendo a gritarme “yo también te amo”.

Mientras eso pasa, vuelvo a la conversación y con una sonrisa coqueta asiento en mi mente nuevamente: tu eres todo lo que estuvo, está o estará en mi cabecita.