¡Auxilio, Socorro!

En el momento de más angustia, mis lágrimas ganaban oro en la sincronía de mi desesperanza.

Cuando veía todo más que oscuro, ni el sol más candente podía mostrar una vía mínima para sobrevivir.

Cuando el futuro de mi corazón era incierto, ni el más ilusionado de los humanos podría darme esperanza.

Cuando las luces que todos veían con alegría, en mi solo eran titilaciones de tristeza y agonía.

Cuando todo caía a mi al rededor y ni la fortaleza más robusta podía resistir lo insoportable de mi sufrimiento.

Cuando todo me señalaba como un ruin y astuto destructor…

…

Ahí apareciste, simplemente apareciste.

Y es por eso, solo por eso, que guardo para siempre cada palabra, cada abrazo, cada mensaje y cada minuto que viví, que viviste, que vivimos… Cuando más necesité, cuando más solicité, cuando más …

Y aunque en su cielo la lunita ya no habita más

Ante sus esporádicos regresos, sus casitas vuelven a vivir

Y esa vida y alegría es la perfecta compañía en mis noches

Noches en las que recuerdo que ante mi más agónico, profundo y real grito de auxilio, fuiste mi único socorro